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miércoles, 5 de marzo de 2008

Reseña: Rose, N. (1998). Interventig ourselves, psychology, power and personhood. Cambridge University Press.

La pregunta central de Rose (1998) en éste texto, es una pregunta por la ética de las tecnologías del yo. Si bien el sujeto neoliberal se concibe como un individuo autónomo, autorregulador, responsable de sí mismo, es importante saber también, que es un individuo que está en permanente cambio, lleno de incertidumbres y de vacíos, que se mueve en un sinfín de contextos a los cuales tiene que adaptarse -donde permanentemente está en búsqueda de sentido, felicidad, autoestima y autorrealización, y por ende, es un individuo que es movilizado por un conjunto de intereses particulares. Intereses que a su vez se ven materializados por una de amalgama de saberes y prácticas, que en últimas buscan operar sobre la mente y el cuerpo de estos sujetos neoliberales para transformarlos-.
En este orden de ideas, vale la pena mencionar, que Rose, como ya lo planteaba en su artículo “El gobierno de las democracias liberales avanzadas: del liberalismo al neoliberalismo”, concibe al sujeto como un individuo que ya no depende de una autoridad superior, razón por la cual ya no es un sujeto disciplinado, sino un sujeto lleno de deseos y de ambiciones, que busca realizarse a sí mismos adoptando una relación personal con el destino, en donde los peligros son calculables y los riesgos son previsibles.
Como consecuencia de lo anterior, como lo plantea Rose, se pude afirmar que un modo democrático debe implicar tanto los intereses y valores como aspiraciones y necesidades de los sujetos; sin embargo, hay que tener en cuenta -y he aquí el problema ético- que el gobierno lo que se proyecta a fin de cuentas, es que los sujetos se alineen con los objetivos políticos, razón por la que es menester tener una ética clara. Y por ende, los objetos, instrumentos y tareas de gobierno deben ser reformulados en relación a los ámbitos del mercado, de la sociedad civil y de la ciudadanía, con el fin de asegurar que funcionen para el beneficio de la nación en su conjunto.
Así mismo, Rose al referirse al sujeto trabajador asegura que las organizaciones, al igual que la política, busca alinear a dichos trabajadores a sus directrices corporativas, busca que sus intereses sean los mismos a los de sus empleados. Razón por la cual, Rose concluye que son los expertos los que se deben poner en la tarea de conectar aquello que económicamente se desea, con elementos para el desarrollo integral de los empleados, en el cual se abarquen dimensiones tanto de crecimiento laboral como personal.
En modo de conclusión e invitando a la reflexión, es de mi interés preguntarle al lector sobre cuáles deben ser los saberes y las practicas organizativas que deberían operar sobre los sujetos laborales para transformarlo y cuáles son esos saberes y prácticas organizativas que actualmente están operando en las empresas en las que estamos trabajando

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